jueves, 26 de septiembre de 2013

Ser mujer a veces apesta

Aunque el papel de la mujer a cambiado a lo largo de la historia y hemos podido luchar contra el machismo y  todas las injusticias que derivan de el, aun tenemos un enemigo gigante que amenaza con destruir nuestra tranquilidad: Andres (el que viene cada mes) cada vez que nos damos cuenta que llego de visita nuestro día apenas comienza. 

Todo empieza con  la hora del baño, si bien hay días que uno no quiero mojarse porque el agua esta fría y uno calentito, en estos días  ese deseo se triplica porque frió, en la mayoría de los casos, es igual a cólicos. Después de haber pasado por el agua procedemos a vestirnos, una gran parte de las mujeres tenemos el armario lleno de ropa pero ¡NUNCA TENEMOS QUE PONERNOS! y en esos días mucho menos, los pantalones claros se descartan y todas las blusas que iban con estos también, a parte estamos hinchadas y muchos pantalones nos incomodan, cuando finalmente encontramos algo que nos quede decente y no nos apriete el estomago es la hora de desayunar. Yo no se si soy solo yo pero cuando me llega a veces se me va el apetito y otras veces llega duplicado pero de cosas especificas, me pongo super caprichosa y mis padres en vez de entenderme se ofuscan conmigo. 

No llevamos mas de 2 horas despiertas y todo esto nos ha ocurrido, ahora es momento de enfrentar la calle y son dos los riesgos que nos hacen pensar si salir de la casa es buena idea:

1) Los cólicos, es un dolor espantoso que solo las mujeres entendemos y los hombres lo ven como una exageración.
2) Mancharnos, en el peor de los casos nos puede suceder y no hay otras palabras para explicarlo que tragame tierra ya.

Para disminuir el riesgo nos tenemos que preparar así que en nuestro bolso metemos varias toallas y pastillas para los cólicos. Salimos a la calle sintiéndonos mas observadas que nunca aunque solo nosotras sabemos que en ese día algo nos diferencia del resto. Aunque hemos tomada muchas medidas para evitar el caso 2 cada vez que nos vamos a levantar de una silla esta en nuestra mente esta preocupación, si vamos acompañadas de una mujer conocida siempre le diremos lo mismo -Mírame y dime si estoy manchada- cuando ella lo niega volvemos a respirar tranquilas, en el caso en que vallamos solas esperamos que nadie se nos acerca a decir NADA.

Pasamos todo el día con la preocupación encima, aparte de que nuestra mañana no fue la mejor, tenemos una sensibilidad e irritación por los cielos y como el resto del mundo (excepto 1 o 3 amigas) no esta enterado de nuestra situación no entienden que con cualquier comentario mal situado podemos explotar y ni siquiera nosotras mismas sabremos de que manera lo vamos a expresar puede ser gritando, o riendo, o llorando, etc. en estos días todo puede suceder.


Lost in your lies | via Tumblr





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